Vida urbana | Städtisches Leben — 08 November 2008
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1 – 4 / Por Dennis Pauschinger

1 – 4 / Von Dennis Pauschinger


1. Cuando te pones una concha marina en el oído oyes un rumor. No estás oyendo tu sangre y tampoco el mar. Oyes sonidos que generalmente no escuchas pero sí ahora que tienen una caja de resonancia en la concha . Eso pasa también cuando encoges la mano y cubres con ella una oreja.

1. Wenn man eine Muschel ans Ohr hält, hört man ein Rauschen. Es stammt nicht von deinem Blut, auch nicht vom Meer. Die Beschaffenheit der Muschel ist dafür verantwortlich. Geräusche, die Du sonst nie hören würdest, hallen im Muschelgehäuse wieder. Und so funktioniert das auch, wenn Du die Hand krümmst, und sie ans Ohr legst.



2. Cuando llego por la noche a la casa subo a la azotea y miro el mar de luces de la ciudad más grande de Suramérica. Ahí no se necesita una concha marina para percibir el ruído blanco que São Paulo despide. Es como si estuvieras al lado del mar, el ruido del mar no llega en oleadas, está ahí en todo momento. Este transfondo de ruído es tan fuerte como para penetrar también la ‚periferia’. Es como si oyeras el mar, un mar de seres vivos que permanentemente están muriendo y renaciendo. Un mar de tecnología y progreso. Un mar de amor y violencia. Un mar de gente que se resiste a resignarse y abandonar. Un mar de contrarios como la marea de la ternura brasileña. Por una vida más bella. Las penas y esperanzas de Latinoamérica –aquí se las experimenta.

2.Wenn ich nachts nach Hause komme, gehe ich auf die Dachterrasse und blicke auf das Lichtermeer der größten Stadt Südamerikas. Da braucht niemand eine Muschel, um das Rauschen, das São Paulo ausströmt, wahrnehmen zu können. Es ist, als seiest Du am Meer: das Meeresrauschen kommt nicht in Wellen, sondern ist stetig da. Die Geräuschkulisse ist stark genug um bis in die „Periferia“ durchzudringen. Es ist als hörest Du das Meer. Ein Meer aus Lebenden, stetig Sterbenden und stets wieder Neugeborenen. Ein Meer aus Technologie und Fortschritt. Ein Meer aus Armut und Reichtum. Ein Meer aus Liebe und Gewalt. Ein Ozean aus Menschen, die sich weigern sich selbst aufzugeben. Ein Meer aus Gegensätzen, wie die Gezeiten der brasilianischen Zärtlichkeit. Auf ein schöneres Leben. Die Mühen und Hoffnungen Lateinamerikas- sie sind hier spürbar.

3. Cuando estoy por la noche en esta azotea pienso en Nelio, en Nelio y en su última persona cercana, el muchacho de la panadería, el que va hoy por África y como Cronista de los Vientos cuenta la historia de Nelio. Pienso en todo lo que pasa simultáneamente en esta ciudad, en todos los que están allá fuera y se enfrentan al mismo destino de Nelio. ¿Se acuerdan de Jefferson, del niño que da vueltas todo el dia por la ciudad vendiendo goma de mascar? Aquel a quien le pegan los mayores y que vive en una de las favelas cerca del aeropuerto internacional „Guarulhus“. Aquel a quien su padre lo envía a trabajar todas las mañanas y que sueña con el Corinthians. Lo he visto mucho parado debajo de las palmeras en Praça da Sé. También he visto como hace una pausa al mediodía en el Parque Ibirapuera. Jefferson es como Nelio, uno de esos niños a los que el mundo deja fuera. El Cronista de los Vientos atraviesa hace ya muchos años África y el viento lleva su voz también a coordenadas occidentales. Muchos conocen la historia de Nelio y también la de muchos Jeffersons y sin embargo nada ha cambiado.
3. Wenn ich nachts auf diesem Dach stehe, muss ich oft an Nelio denken. An Nelio und seinen letzten Vertrauten, dem Bäckerjungen, der heute als Chronist der Winde durch Afrika zieht und Nelios Geschichte erzählt. Ich muss daran denken, was alles gleichzeitig in dieser Stadt passiert. Was vor sich geht. Ich muss daran denken, wie viele da draußen sind, und das gleiche Schicksal erfahren wie Nelio. Erinnert ihr Euch an Jefferson? Dem kleinen Jungen, der den ganzen Tag in der Stadt herumfährt und seine Kaugummis verkauft? Der, der von den Älteren verprügelt wird und in einer dieser Favelas nahe dem internationalen Flughafen „Guarulhus“ wohnt. Dessen Vater ihn morgens wegschickt, und der von Corinthians träumt. Ich habe ihn oft am Praça da Sé unter den Palmen stehen sehen. Auch wie er im Parque Ibirapuera Mittagspause machte. Jefferson ist wie Nelio: einer dieser Kinder, die in unserer Welt verdrängt werden. Der Chronist der Winde zieht nun schon seit vielen Jahren durch Afrika, und der Wind trägt seine Stimme auch in westliche Breitengrade. Viele kennen die Geschichte Nelios, und auch die von den vielen Jeffersons. Und doch hat sich nichts verändert.
4. Nosotros deberíamos escuchar con más atención al Cronista de los Vientos y seguir contando por nuestra parte las historias de aquellos que no dejan de oponerse y tener esperanza a pesar de todas las adversidades. Hoy lunes no se ve a nadie en la ciudad más grande de Suramérica. Hay miedo en el aire y el ambiente es amenazador. Buses han sido incendiados, São Paulo lograr salir incluso en CNN y BBC. Y otra vez es puesta de manifiesto la incapacidad del estado brasileño. Los capos dan por celular órdenes desde las cárceles en donde están y sus comandos paralizan la ciudad. A los responsables no se les ocurre otra cosa que considerar medidas que dificulten o imposibiliten llamar por celular desde las cárceles. La eterna letanía: cárceles repletas, guardias mal pagados y sobornables. Fatídicos presagios brasileños. La vida sin perspectiva de millares y la falta de voluntad política son las causas de la escalación de la violencia en São Paulo. El estado acaba de pagar en Rusia diez millones de dólares por un tiquete para el viaje al espacio de un cosmonauta brasileño; Lula dice que esto es un logro del país. La televisión se place durante semanas con el tema del viaje al espacio exterior.
En realidad Brasil se hunde dia a dia en escándalos de corrupción y en violencia social. ¿Se ha dado alguien cuenta en Alemania de que durante los primeros ataques dirigidos desde la cárcel la policía mató a tiros a más de 150 personas en São Paulo? –número „oficial“- Muchas de estas personas salían del trabajo e iban para la casa de la novia. ¿Se ha dado alguien cuenta en Alemania de que los nombres de los muertos no fueron dados a conocer hasta más de una semana más tarde? Se mantuvo las familias en la incertidumbre. En esos dias hubo otra vez miedo: tú estás parado en una esquina esperando a tu novia para ir a cine y aparecen de pronto policías cargados de adrenalina y con armas en la mano, te ponen contra la pared, te preguntan qué haces ahí a esa hora, São Paulo, viernes a las ocho de la noche y por qué exactamente en esta esquina. Tienes suerte y tu amiga no llega muy retardada, te ahorras la paliza normal en estos casos. Un colega lo dice bien así: „ Tener miedo en tu propia ciudad de las fuerzas del orden es lo último“.
4. Wir sollten dem Chronisten der Winde genauer zuhören, und die Geschichten derer weitererzählen, die trotz aller Widrigkeiten nicht aufhören zu hoffen und sich widersetzen. An diesem Montag ist die größte Stadt Südamerikas wie leer gefegt. Angst und Bedrohung liegen in der Luft. Busse gehen in Flammen auf, São Paulo schafft es bis zu CNN und BBC. Und wieder einmal wird die Unfähigkeit des brasilianischen Staates offensichtlich. In aller Ruhe kommandieren die Bosse per Handy aus dem Gefängnis heraus ihre Kommandos und legen die Stadt lahm. Den Verantwortlichen fällt nichts anderes ein als über Maßnahmen nachzudenken, die das Telefonieren per Handy aus dem Gefängnis heraus, erschweren oder gar unmöglich machen. Die ewige Leier: Überfüllte Gefängnisse, unterbezahlte, bestechliche Wärter. Brasilianisches Menetekel. Das perspektivlose Leben von abertausenden und der fehlende politische Wille sind die Ursache für die Gewalteskalation in São Paulo. Der Staat bucht in Russland ein Raumfahrtticket für einen brasilianischen Astronauten für 10 Millionen Dollar, und Lula spricht von einer besonderen Leistung seines Landes, eine wahre Errungenschaft. Das Landesfernsehen ergötzt sich wochenlang über die Weltallreise. Tatsächlich aber versinkt Brasilien täglich in Korruptionsskandalen und sozialer Gewalt. Ist in Deutschland überhaupt angekommen, dass in den der ersten, aus dem Gefängnis heraus kommandierten Attacken mehr als 150 („offizielle“ Zahl) Menschen von der Polizei in São Paulo erschossen worden sind? Viele von ihnen hatten gerade Feierabend und waren auf dem Weg zur Freundin. Ist in Deutschland überhaupt angekommen, dass die Namen der Toten mehr als eine Woche lang nicht freigegeben worden sind? Die Familien wurden im Ungewissen gehalten. Da war sie wieder die Furcht, da stehst Du an der Straßenecke, wartest auf die Freundin weil man zusammen ins Kino gehen will, erscheinen plötzlich Polizisten mit fuchtelnder Waffe und Adrenalin beladen, brüllen dich an, stellen dich an die Wand, fragend, was Du um diese Uhrzeit da tust, São Paulo Freitags 20 Uhr. Warum ausgerechnet an dieser Straßenbiegung. Doch Du hast Glück, die Freundin verspätet sich nicht groß, die übliche Prügel bleibt dir erspart. Ein Kollege bringt es auf den Punkt: „In der eigenen Stadt vor den Ordnungskräften Angst haben zu müssen, ist das allerletzte“.

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