Fragmento de: “Las ciudades, espacios en disputa y transformación” de Enrique Viale. Fundación Rosa Luxemburgo, Quito, Ecuador, |Hamburgo, primer trimestre de 2014
Auszug aus: “Las ciudades, espacios en disputa y transformación” von Enrique Viale. Rosa Luxemburg Stiftung, Quito, Ecuador. Ausländerdeutsch von ojal.de | Hamburg, erstes Vierteljahr 2014
Una de las incógnitas más difíciles de resolver es saber si es posible llevar el “Buen Vivir” en el “hecho menos sustentable de la humanidad”, como entiende Raúl Zibechi a las grandes ciudades. Para encontrar una respuesta, hay que prestar especial atención al giro ecoterritorial que están dando las organizaciones sociales y asambleas en las ciudades, mediante la defensa de los parques, los espacios públicos y el acceso a la vivienda, así como la promoción de otras relaciones sociales y de intercambio. Al “extractivismo urbano” hay que oponerle el “Derecho a la Ciudad”, un concepto en construcción y en disputa; una puja urgente de sentidos que hay que impulsar sobre qué es lo público; quién decide el planeamiento urbano; para qué y qué se construye; el carácter de bien de uso de la vivienda; la relación de la ciudad con la Naturaleza; el sentido de las grandes obras urbanas; qué es una plaza y para qué sirve, si tiene solo un sentido paisajístico. Dejar de entender a las calles solamente como vías de comunicación –como son concebidas desde el extractivismo urbano– y volver a proyectarlas como lugares de encuentro, de relación e interacción social. En definitiva, repensar de quién es la ciudad y quién decide sobre ella. Al igual que en las luchas en las zonas rurales y no urbanas contra el extractivismo, resulta imprescindible avanzar hacia la radicalización de la democracia en el gobierno de nuestras ciudades y territorios. Por allí está el camino.
Eine der schwierigsten Fragen ist, ob das Buen Vivir -das gute Leben- mit der Großstadt vereinbar ist. Die Großstadt ist eine der am wenigsten nachhaltigen Phänomene der Menschheit (nach Raúl Zibechi). Auf der Suche nach einer Antwort muss man der ökoterritorialen Wende Aufmerksamkeit schenken, die die Sozialbewegungen und die Einwohnerversammlungen zurzeit in den Städten vollziehen, indem sie die Parken in Schutz und den öffentlicken Raum in Anspruch nehmen, sich den Zugang zu Wohnraum erkämpfen und andere Nachbarschafts- und Tauschbeziehungen fördern. Dem urbanen Extraktivismus muss man das Recht auf Stadt entgegensetzen; dieser letzte ist ein umkämpfter Begriff, der sich im Aufbau befindet. Umkämpft deswegen, weil es eine Diskussion darüber gibt, was ist denn der öffentliche Raum, wer entscheidet über die Stadtplanung, für wen und wozu wird gebaut. Die Diskussion fasst auch den Charakter vom Gebrauchswert des Wohnraums um, das Verhältnis der Stadt zur Natur, den Sinn der großen städtischen Bauwerke -was ist ein Platz, wozu dient er, ob er nur einen landschaftlichen Wert besitzt-. Die ökoterritoriale Wende schliesst mit ein, die Strassen nicht mehr nur vom urbanen Extraktivismus aus zu sehen, nicht mehr nur als Verbindungen, sondern auch als Orte für das Aufeinandertreffen. Genauso wie bei den nicht urbanen Kämpfen gegen den Extraktivismus, gilt auch hier, die Demokratie zu radikalisieren -in der Regierung der Stadt, in der Regierung der Territorien. Das ist der Weg auf der Suche nach der Antwort.