Hace veinte años cayó el muro de Berlín. El siguiente texto predijo lo que sería el tono de las conmemoraciones y puso de presente algunas frias acciones que no se debería olvidar alrededor del asunto del muro. Ignacio Mendez, selección y traducción.
Vor zwanzig Jahren fiel die Berliner Mauer. Der folgende Text sagte den Ton der Feierlichkeiten voraus und erinnert (e) an kalte Taten um die Berliner Mauer, die man nicht vergessen sollte. Auswahl und Übersetzung aus dem Englischen von Ignacio Méndez
Dentro de algunas semanas podrá esperarse que la mayoría de la prensa occidental dirija sus máquinas de propaganda para conmemorar el vigésimo aniversario en que el Muro de Berlín fue tirado abajo, el 9 de noviembre de 1989 (*). Todos los clichés de la Guerra Fría sobre “el Mundo Libre versus la Tiranía Comunista” serán replicados y se escuchará una y otra vez el simple cuento de cómo surgió el muro: en 1961, los comunistas de Berlín Oriental construyeron un muro para evitar que sus oprimidos ciudadanos escaparan a Berlín Occidental y a la libertad. ¿Por qué? Porque a los comunardos no les gusta que la gente sea libre, que sepan la “verdad”. ¿Qué otra razón podría haber?
Ante todo, antes de que el muro subiera, miles de alemanes orientales iban al oeste cotidianamente por trabajo y luego retornaban al este al atardecer.
Así que no estaban siendo retenidos en el este contra su voluntad. El oeste había estado endemoniando al este con una vigorosa campaña de reclutamiento de profesionales y trabajadores especializados de Alemania Oriental, que habían sido educados a expensas del gobierno comunista. Esto llevó eventualmente a una crisis grave de trabajo y producción en el este. Como indicio de esto, el New York Times informó en 1963: “Berlín Occidental sufrió económicamente con el muro por la pérdida de alrededor de 60.000 trabajadores especializados que habían conmutado diariamente de sus hogares en Berlín oriental a sus lugares de trabajo en Berlín occidental”.
El muro fue construído primordialmente por dos razones:
1. Durante los años 50, soldados de la guerra fría estadounidenses en Alemania Occidental instituyeron una cruda campaña de sabotaje y subversión contra Alemania Oriental, diseñada para poner fuera de servicio la maquinaria económica y administrativa de aquel país. La CIA y otros servicios de inteligencia y militares reclutaron, equiparon, entrenaron y financiaron grupos activistas e individuos, del este y del oeste, para llevar a cabo acciones que cubrían el espectro que iba de terrorismo a delincuencia juvenil; cualquier cosa para dificultar la vida de la gente de Alemania del Este y debilitar su apoyo al gobierno; lo que fuera para que los comunardos se vieran mal.
2. Fue una empresa notable. Estados Unidos y sus agentes utilizaron explosivos, delito de incendio, cortocircuitos y otros métodos para dañar plantas eléctricas, astilleros, canales, dársenas, edificios públicos, gasolineras, transporte público, puentes, etc; descarrilaron trenes de carga, hiriendo gravemente a trabajadores, quemaron 12 vagones de un tren de carga, y destruyeron mangas de presión atmosférica en otros; usaron ácidos para dañar maquinaria de fábrica vital, pusieron arena en la turbina de una fábrica llevándola al paro, prendieron fuego a una fábrica de mosaicos, promovieron trabajo a desgano en fábricas; mataron 7000 vacas de una cooperativa agraria envenenándolas; introdujeron jabón en la leche en polvo destinada a las escuelas alemanas del este; estaban en posesión, cuando arrestados, de una gran cantidad de veneno cantaridina, con el que planeaban producir cigarrillos envenenados para asesinar a importantes alemanes orientales; lanzaron bombas de olor para romper reuniones políticas; intentaron romper el Festival Mundial de la Juventud en Berlín oriental enviando invitaciones falsificadas, promesas falsas de cama con pensión libre, notas falsas de cancelaciones, etc.; ataques a los participantes con explosivos, bombas incendiarias, equipamiento para pinchar llantas; falsificaron y distribuyeron grandes cantidades de raciones de comida para causar confusión, escasez y resentimiento; enviaron boletas de impuestos falsificadas y otras directivas y documentos gubernamentales para fomentar la desorganización e ineficiencia dentro de la industria y uniones … todo esto y mucho más.
A través de los años cincuenta, los alemanes orientales y la Unión Soviética presentaron repetidas veces reclamos a los antiguos aliados de los soviéticos en el oeste y a las Naciones Unidas acerca de actividades específicas de sabotaje y espionaje. Pidieron el cierre de las oficinas en Alemania Occidental, a quienes responsabilizaron y de quienes proporcionaron listas con nombres y direcciones. Sus reclamos cayeron en saco roto. Inevitablemente, los alemanes orientales comenzaron a reforzar la entrada al país desde el oeste.
No nos olvidemos que Europa del este llegó a ser comunista porque Hitler, con la aprobación del oeste, la utilizó como carretera para alcanzar la Unión Soviética y aniquilar el bolchevismo para siempre. Después de la guerra, los soviéticos decidieron clausurar la carretera.
En 1999, USA Today informó: “Cuando el Muro de Berlín cayó, los alemanes orientales se imaginaron una vida de libertad donde los bienes de consumo eran abundantes y las dificultades desaparecerían. Diez años después, un notable 51% dice que estuvieron más contentos con el comunismo”.
Al mismo tiempo un nuevo proverbio ruso nació: “Todo lo que los comunistas dijeron acerca del comunismo fue mentira, pero todo lo que dijeron acerca del capitalismo resultó ser verdad”.
Artículo publicado el 29 de septiembre del 2009 por William Blum (http://killinghope.org/bblum6/aer74.html)
Von William Blum. Der Artikel erschien ursprünglich am 29. September 2009 bei http://killinghope.org/bblum6/aer74.html