Cultura | Kultur — 27 Oktober 2017
En los cien años de Violeta Parra. Haber escuchado las Contracuecas de Violeta Parra en Hamburgo es toda una sorpresa. Las tocó muy convincentemente Carlos Cid en la salita del Consulado General de Chile. La reunión de música de cámara estuvo en el programa del Otoño Latinoamericano en octubre. Ojalá. Cuarto trimestre de 2017. Hamburgo
Violeta Parra wird 100 Jahre alt. Überraschenderweise haben wir in Hamburg die Gelegenheit gehabt, die ihre Contracuecas [Gegen-Cuecas] live zu hören. Carlos Cid hat sie sehr überzeugend gespielt. Der Gitarrenabend fand im kleinen Saal des chilenischen Generalkonsulats in Hamburg statt. Der Abend stand auf dem Programm des LateinamerikaHerbstes 2017 im Oktober. [hoffentlich] Viertes Vierteljahr 2017, Hamburg. Deutsche Version Sabeth Dapper
Un público muy atento de gente adulta llenaba la salita. En las paredes se veían cuatro pinturas del pintor chileno Alejandro Soto, presente en el recinto. La arquitectura sencilla y elegante de la sede del consulado invitaba a relajarse, mirar y escuchar.
Ein aufmerksames, erwachsenes Publikum besetzte den Saal bis zum letzten Sitzplatz. An den Wänden hingen vier Gemälde des anwesenden chilenischen Malers Alejandro Soto. Die klare und elegante Raumarchitektur lud zum entspannten Schauen und Zuhören ein.
Carlos Cid presentó un programa de buen arco dramático. Tocó en la primera parte algunas piezas cortas de la producción folclorista de Violeta Parra (“Travesuras”, “El Pingüíno”, una polca, tres cuecas arregladas como una sola pieza ininterrumpida) y tres de las cinco Contracuecas -primera, tercera y quinta- que aumentaron la densidad musical con su carácter explorativo. Las Contracuecas son música que jamás se asocia con el nombre de Violeta Parra: tienen una forma más libre -que no abandona nunca la intención de mantener reconocibles los elementos; tienen intentos decididos por recorrer caminos por fuera de un plan tonal – lo que lleva a que en lo armónico no se sepa siempre qué seguirá; tienen ritmos expuestos como gestos y no como material temático. Las Contracuecas deberían ser mucho más conocidas. Afortunadamente Carlos Cid se ha propuesto hacer una gira presentando este programa en los cien años del nacimiento de la artista y ha encontrado en Hamburgo la acogida del consulado.
Carlos Cid stellte ein Programm mit einem guten dramaturgischen Bogen vor. Im ersten Teil spielte er einige kurze Stücke der folkloristischen Produktion Violeta Parras (“Travesuras” : Schelmenstreiche; “El Pingüíno”: Der Pinguin; eine Polka, drei Cuecas – in einem Stück ohne Zäsuren-) und die erste, dritte und fünfte Contracuecas. Mit ihrem explorativen Charakter verdichteten die Contracuecas auf einmal das Hörerlebnis. Diese Stücke sind Musik, die normalerweise nicht mit dem Namen von V. Parra assoziert wird: sie weisen eine erheblich freiere Form auf – dabei achten sie auf Wiedererkennbarkeit der Elemente; sie erforschen Wege außerhalb eines tonalen Plans – das führt dazu, dass man harmonisch nicht immer weiß, was gleich kommen wird; und sie bringen immer wieder Rhythmen, die nicht thematisch, sondern gestisch gemeint sind. Die Contracuecas sollten viel bekannter sein. Glücklicherweise hat sich Carlos Cid im Jahr des hundertsten Geburtstags der Komponistin eine Tournee mit diesem Programm vorgenommen und wurde vom chilenischen Generalkonsulat mit offenen Armen empfangen.
En la segunda parte se escuchó un popurrí de melodías compuesto para un documental sobre un artesano chileno (“Mimbre”). La refrescante anécdota narrada por el guitarrista cuenta que para el documental se tomó esta música de Violeta Parra en lugar de la en comienzo prevista música de J.S. Bach! Acertada decisión porque la serie de melodías entrelazadas como mimbre forma una gran superficie que atrae y deja descansar al mismo tiempo la atención. Y para terminar se escuchó la Sonata para Guitarra en Homenaje a Violeta Parra -en cuatro movimientos- de Juan Antonio Sánchez, también chileno; la sonata exige una atención dedicada y es atractiva por sus motivos -algunos son citas de Contracuecas- y por la técnica y capacidad interpretativa que exige del guitarrista.
Im zweiten Teil hörten wir ein Potpourri aus Melodien, das für einen Dokumentarfilm über einen chilenischen Handwerker komponiert wurde (“Mimbre”: Flechtwerk). Die vom Gitarristen erzählte erfrischende Anekdote dazu war, dass diese Musik anstatt der anfänglich vorgesehenen Musik Johann Sebastian Bachs für den Dokumentarfilm genommen wurde. Das war die richtige Entscheidung. Die gut geflochtene Melodien-Fläche zieht die Aufmerksamkeit an, aber spannt sie nicht allzu sehr. Und zum Schluss hörten wir die Sonate für Gitarre und Hommage an Violeta Parra – in vier Sätzen – vom chilenischen Komponisten Juan Antonio Sánchez. Sein Landsmann Carlos Cid spielte gekonnt die anspruchsvolle Sonate, die hier und da die Contracuecas zitiert.
El público aplaudió con gusto. El guitarrista no se hizo rogar para tocar dos Zugaben (piezas extra). En cortísima charla con Carlos Cid nos enteramos después de que existen versiones de las Contracuecas en el espacio digital (llutíub): algunas de la mismísima Violeta Parra y otras de él. Llegados a casa hemos comprobado que se las encuentra también bajo el nombre Anticuecas.
Das Publikum applaudierte gerne und lange. Der Guitarrist zierte sich nicht und spielte gleich zwei Zugaben. In ganz kurzem Gespräch mit ihm erfuhren wir später, dass es im Internet (jutüb) einige Versionen der Gegen-Cuecas zu finden gibt: Von Violeta Parra selbst, von ihm. Bereits zu Hause haben wir festgestellt, die Contracuecas sind im Cyberspace auch als Anticuecas bekannt.
En el video la Anti- o Contracueca número 2 por Carlos Cid: