Uncategorized — 13 Juli 2010
Los partidarios de la reforma quieren acabar con la discriminación a partir de la quinta clase y darles a todos los niños la oportunidad de estar juntos hasta el fin de la sexta. Además quieren que sean los padres quienes deciden si sus hijos terminan el bachillerato (es decir, hacen también las clases doce y trece) y van a la educación superior / Ojalá, tercer trimestre 2010 / 1-2
Die Befürworter der Reform wollen die Diskriminierung in der fünften Klasse aufheben und den Kindern die Gelegenheit geben, alle zusammen bis Ende der sechsten Klasse zu bleiben. Sie wollen außerdem, dass die Eltern entscheiden können, ob ihre Kinder das Abitur machen –das heißt, auch die zwölfte und dreizehnte Klasse besuchen- und in die Universität gehen/ Ojalá, drittes Quartal 2010 / 1-2
Después de varias décadas se aproxima en Hamburgo la fecha de una posible reforma escolar. Los partidarios de la reforma quieren que los niños no sean separados ya al empezar la quinta clase dividiéndolos entre los que algún dia harán el bachillerato ( y podrán eventualmente ir a la educación superior) y los que sólo podrán ir hasta la clase once (cuarto grado de secundaria) y tendrán que aprender un oficio o estudiar una carrera intermedia sin nivel científico. Esta diferenciación de los niños en un momento tan temprano como la quinta clase –último año de primaria en muchos países- fue propuesta alguna vez para que los menos dotados no molesten con su falta de concentración y su indisciplina a los más dotados –que se concentran mejor y aprenden más fácilmente. Los partidarios de la reforma quieren acabar con la discriminación a partir de la quinta clase y darles a todos los niños la oportunidad de estar juntos hasta el fin de la sexta. Además quieren que sean los padres quienes deciden si sus hijos terminan el bachillerato (es decir, hacen también las clases doce y trece) y van a la educación superior; hoy en dia esta decisión es tomada por los maestros. Los contrarios a la reforma insisten en que los niños están dotados en grados muy diferentes y deben ser separados para que puedan aprender según su propio ritmo –sin ser molestados por los más rápidos o los más lentos- . Por eso los contrarios a la reforma tienen como lema “Queremos aprender”. En el panorama social general los partidarios de la separación a partir de la quinta clase son generalmente burgueses (“Queremos aprender”) y los partidarios de una escuela compartida por todos hasta el final de la sexta clase son miembros de las clases trabajadoras (“Una escuela para todos”).
Nach mehreren Jahrzehnten rückt in Hamburg das Datum für eine mögliche Schulreform näher. Die Befürworter der Reform lehnen es ab, dass die Kinder bereits in der fünften Klasse danach klassifiziert und selektioniert werden, wer eines Tages das Abitur machen –und eventuell in die Hochschule gehen- und wer nur bis zur elften Klasse gehen und später eine Lehre ohne wissenschaftlichen Status machen wird. Diese Beurteilung der Kinder zu einem so frühen Zeitpunkt wie der fünften Klasse –dem letzten Schuljahr der Primarschule in vielen Ländern- wurde einmal vorgeschlagen, damit die Minderbegabten mit ihrer mangelnden Konzentration und fehlenden Disziplin die Besserbegabten nicht stören. Die Befürworter der Reform wollen die Diskriminierung in der fünften Klasse aufheben und den Kindern die Gelegenheit geben, alle zusammen bis Ende der sechsten Klasse zu bleiben. Sie wollen außerdem, dass die Eltern entscheiden können, ob ihre Kinder das Abitur machen –das heißt, auch die zwölfte und dreizehnte Klasse besuchen- und in die Universität gehen; heutzutage wird diese Entscheidung von der LehrerInnenkonferenz getroffen. Die Gegner der Reform insistieren darauf, dass die Kinder unterschiedliche Begabungsgrade aufweisen und getrennt werden sollten, damit jeder in seinem eigenen Rhythmus lernen kann, ohne von den Langsameren oder den Schnelleren gestört zu werden. Deswegen agieren die Gegner nach dem Motto „Wir wollen lernen“. Gesamtgesellschaftlich gesehen reihen sich die Gegner der Reform in die Bourgeosie ein („Wir wollen lernen“), während die Befürworter zu den Reihen der Arbeiterklasse zu zählen sind („Eine Schule für Alle“).
El 18 de julio habrá en Hamburgo un plebiscito popular para decidir a favor o en contra de la reforma escolar. En el plebiscito sólo podrán participar los ciudadanos con derechos políticos. Algunos centenares de miles de padres inmigrantes que envían sus hijos a la escuela en Hamburgo no tienen derechos políticos, es decir, no tienen derecho a votar. La situación pone sobre el tapete la necesidad de una reforma del derecho de ciudadanía. Los estados-nacionales (en este caso el Estado-Ciudad de Hamburgo) siguen insistiendo en que las corrientes migratorias no deberían tener derechos políticos en las sociedades que visitan y que eventualmente después abandonarán.
Am 18. Juli wird es in Hamburg einen Volksentscheid für oder gegen die Schulreform geben. Am Volksentscheid werden nur diejenigen BürgerInnen teilnehmen dürfen, die politische Rechte genießen. Einige Hunderttausende migrantische Eltern, die ihre Kinder in Hamburg zur Schule schicken, haben keine politischen Rechte und werden nicht abstimmen dürfen. Die Situation bringt die Notwendigkeit einer Reform des Staatsbürgerschaftsrechts auf die Tagesordnung. Die Nationalstaaten –in diesem Fall der Stadtstaat Hamburg- beharren darauf, daß die migrantischen Ströme keine politischen Rechte in den Gesellschaften genießen dürften, die sie aufsuchen und möglicherweise später wieder verlassen werden.